El negocio de los tatuajes ¿es rentable o no?

La cultura del tatuaje no es una moda que naciera hace unos siglos. El tatuaje es un arte milenario que ya practicaban los egipcios hace 3.000 años. Aunque su popularidad ha permitido normalizar los prejuicios que ocasiona ver a una persona tatuada, hace unas décadas su imagen estaba asociada al mundo carcelario o marginal. Hoy en día no es raro ver que una persona joven esté marcada por la tinta.

Cada año más de 30 mil jóvenes en México, es decir, 82 cada día se perforan o tatúan el cuerpo, relevó la Secretaria de Salud Federal.

Segmento de clientes

El tatuaje es una expresión que en los últimos años se ha resignificado frente a diferentes públicos como un medio para expresar ideas, sentimientos, experiencias, ideologías o deseos, para citar algunos aspectos.

Es un auténtico fenómeno social y estético entre hombres y mujeres de prácticamente todos los estratos socioeconómicos, siendo el grupo de entre 20 y 45 años los principales adeptos, con un pico entre los 25 y los 35 años.

De acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, Conapred, en México una de cada 10 personas tiene al menos un tatuaje. Se estima que 12 millones de mexicanos podrían tener uno de esos diseños sobre la piel.

¿Cuántos tatuadores hay? No se sabe con exactitud, pero a decir de algunas organizaciones de esa expresión artística podrían ser unos 6000, los cuales dan servicio en tres canales básicos: establecimientos formales abiertos al público, estudios privados o citas a domicilio.  

Es un mercado en crecimiento que en México alcanza los $450 millones de dólares anuales, sólo por detrás de Estados Unidos, pero por delante de Brasil (420 millones), Colombia (190 millones), Chile (150 millones), Argentina (135 millones) y Perú (110 millones), según Ibis World.

La firma de investigación de mercados prevé que esta industria creativa siga creciendo a un ritmo anual promedio de 7.7% anual, impulsada principalmente por los millennials (25.7% de la población en México), quienes en una proporción de uno a dos optan por hacerse un tatuaje.

Propuesta de valor

La propuesta de valor en un estudio de tatuaje se centra en aquello que prometes entregar al consumidor como creatividad, técnica, asepsia, insumos, talento o instalaciones, entre otros. Ya sea que optes sólo por el tatuaje o que adiciones el servicio de colocación de piercings y dilatadores, se recomienda buscar un diferenciador; es decir, algo que te haga único y deseable a los ojos del consumidor.

De acuerdo con Entrepreneur, muestra puntos esenciales para abrir un estudio de tatuaje:

  • Modelo. Estudio de tatuaje de autor. Horarios de apertura y de cierre. Trabajos por cita. Cuenta con un talento de base y artistas itinerantes.
  • Público objetivo. Hombres y mujeres de 20 a 45 años que buscan expresarse a través de esta técnica. Muchos clientes de repetición y apreciación las nuevas propuestas artísticas sobre la piel. Su nivel socioeconómico es A/B/C/C+
  • Infraestructura. Local de 80 metros cuadrados a pie de calle, anclado a zona comercial con alto flujo peatonal y vehicular. Ofrece facilidades de acceso en transporte público. Tiene tarifa preferencial con un estacionamiento cercano y cuenta con rack para aparcar bicicletas.
  • Equipamiento. Zona de trabajo: seis sillones reclinables o camillas para tatuar con posiciones ajustables, seis estaciones de trabajo, tres restiradores/escritores con banco, impresora, computadora con programas de diseño y anaqueles para guardar insumos, sistema de audio, circuito cerrado de televisión y seguro de responsabilidad civil. Recepción: mobiliario especial, banco alto, computadora y terminal de punto de venta. Espejos e iluminación.
  • Insumos. Tintas diversas, material de higiene, limpieza y cuidado de la piel. Insumos desechables para los tatuadores de casa.
  • Personal. Encargado (puede ser el emprededor), cuatro tatuadores fijos, dos tatuadores itinerantes, una persona de limpieza y  un contador (vía outsourcing).

Inversión inicial: 409,189 pesos.

Un estudio de tatuaje tiene generalmente tres tipos de clientes: los que buscan diseños personalizados o de autor ejecutados por un artista en particular; los que llevan una idea inspirada en algo ya existente y los que desean alguna corrección/restauración.

Los ingresos en un estudio de tatuaje están aparejados a las unidades de negocio existentes, al ciclo de venta y al público objetivo.

Si te interesa incursionar el giro haz una inversión inteligente: capacítate, elabora un plan de negocio, analiza tu mercado y plantea una propuesta de valor. ¡La industria del tatuaje te espera!.

Referencia: https://www.entrepreneur.com/article/338354

Jonathan Anzaldo

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